El ajo negro, un anticancerígeno natural

El ajo es un complemento alimenticio milenario de gran demanda que acompaña de manera prodigiosa no solo las más deliciosas recetas sino también aquellos preparados que buscan mejorar la salud, sin embargo, lo que algunos desconocen es que existe una variante que recién se está conociendo en Occidente y que corresponde a el ajo negro, el cual no es más que el ajo común luego de pasar un proceso en el que se adecuan condiciones de temperatura y humedad, esto es justamente lo que potencia a plenitud sus bondades.

Con el consumo de ajo negro ampliamente extendido, se han abierto los espacios para hablar de sus muchos beneficios para salud y el bienestar, entre estos uno tan relevante como el ser denominado un efectivo anticancerígeno natural.

La relación entre el ajo negro y el cáncer

Respecto a la existencia de esta relación, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, se ha dedicado a sacar a flote un estudio en la que ha quedado en evidencia que pacientes con una ingesta alta de ajo negro presentaban una disminución en el riesgo de presentar ciertos tipos de cáncer tal y como el de colon, esófago, páncreas y mama.

Aparentemente, este efecto se explica a partir de las propiedades antibacterianas y antioxidantes de este ajo, pues es lo que le permite conseguir que las sustancias que activan el cáncer sean bloqueadas. Si bien no se trata de un medicamento como tal y por consiguiente no reemplaza ningún tratamiento, la presencia de este comestible en la dieta representa el acceder a un nivel mayor de protección que toma una trascendencia mayor frente a la vulnerabilidad de la proliferación celular.

El ajo negro como el gran aliado de la salud

Haciendo parte del listado de alimentos anticancerígenos, este poderoso ingrediente al que suele acudirse con la intención de condimentar, revela una composición apta para dar la pelea contra complicaciones médicas tan recurrentes como la presión alta, la diabetes, migraña e incluso el sobrepeso.

Puesto que su consumo puede variar ya que es válido ingerirlo crudo o como parte de algún plato debidamente cocido, también está la alternativa de buscar en el mercado suplementos y comprimidos. No debe olvidarse que lo mejor es empezar este consumo lentamente, un diente de ajo por día será más que suficiente, luego de una semana se podrán evaluar los cambios e ir incrementando la dosis hasta alcanzar los 3-4 dientes por jornada.