La limosna: acto de humildad y apoyo al prójimo

La limosna puede ser considerada como un acto de humildad, dado a una institución o personas de manera individual se realiza sin esperar nada a cambio y esta representa la devoción por parte del que la entrega a asistir al necesitado en tiempos de crisis, siendo una costumbre vista de manera constante en la iglesia católica para proteger y apoyar a los pobres y así padecer junto a ellos con la esperanza de permitirles la mejora.

Entregar limosna puede ser un acto realizado erróneamente para buscar el reconocimiento de otras personas y darse a conocer como una persona bondadosa, esta es una falta en contra de los principios que busca el piadoso acto, solo debe realizarse si la persona desea con total sinceridad en su corazón apoyar a quien busca ayuda.

La interpretación que emplea como acto de humildad

Dar limosna según la interpretación sagrada, busca ayudar a quien la entrega para superar la tentación generada por el dinero, dando en cambio el socorro al prójimo, fomentando el compartir los bienes que poseemos con los demás y lograr así la purificación en el alma de los bienaventurados. Como creencia en el evangelio, se enseña que las propiedades y bienes que poseemos no nos pertenecen más allá de la administración.

De dónde proviene la limosna

Desde las sagradas escrituras y mencionado de forma constante, a los creyentes se les ha invitado a siempre velar por necesitados, Jesucristo en vida mostraba sus esfuerzos para dar a entender lo ameno y gratificante de esta colaboración, reforzando la contribución entre los hijos del Creador.