La Santísima Virgen en el Magnificat y sus características

Entre las más importantes oraciones o himnos de alabanza pertenecientes al cristianismo, la magnificat o cántico de María es uno de los más representativos. Esto se debe a que expresa como ningún otro la personalidad de la Santísima Virgen María. En https://creemos.net/la-magnifica/ se puede encontrar mayor información.

Movidos por su especial trascendencia, el día de hoy analizaremos algunos de los aspectos más importantes de este icónico himno de alabanza, cuya ubicación histórica está presente en el momento en que la Santísima Virgen María visita a su prima Isabel, la madre de San Juan Bautista, para cumplir con la voluntad de Nuestro Señor.

La características de la Santísima Virgen en el Magnificat

Analizando el Magnificat de forma superficial, resalta a primera vista como a lo largo de todo el cántico se expresa un sentimiento de agradecimiento hacia Dios por parte de la Santísima Virgen María al haber Sido seleccionada como la predilecta de Dios.

Pero de igual forma, la fuerte relevancia política presente en toda la oración no puede evitar notarse. María es una mujer pobre y humilde, lo cual deja claro como Dios no decidió escoger a una mujer rica o de la realeza para que fuera la madre de Jesús, sino que se decantó por la sencillez, lo que actúa como una muestra clara de su predilección por los humildes y los hambrientos, lo que forma parte esencial de su infinita misericordia.

El alma de María

Un aspecto bastante importante pero que no siempre se menciona, es que el magnificat se puede tomar como una muestra del alma y corazón de la Santísima Virgen María. Funge como un reflejo muy fidedigno de su insondable humillación e inefable devoción.

En este sentido hay que destacar que sí ha obtenido un lugar tan trascendental en la historia de la salvación, es porque su actitud es un claro ejemplo de la actitud que todos los cristianos deberían de seguir.

Con esto se hace referencia a la actitud de oración constante, así como de humilde contemplación ante los planes divinos. Siempre entregada a la voluntad de Dios y actuando acorde a su palabra.

Siendo específicos, podemos encontrar esta clase de actitud por parte de la Santísima Virgen María en Lucas 2-19 y Lucas 19-51. Allí da fe sincera tanto de su gratitud infinita como su completa fidelidad hacia Dios padre, en su infinita misericordia hacia los pobres.