TACOFOBIA EL MIEDO A LA VELOCIDAD

Si eres de México seguramente al leer el título pensaste en “Miedo a los tacos” Pero, se trata de algo muy serio, es una condición psicológica en la que el paciente, de verdad teme al desplazamiento a velocidad alta en el medio que sea, por eso pueden temerle las montañas rusas, a los trenes veloces, etc, en algunos casos extremos pueden temer a velocidades consideradas seguras internacionalmente por los especialistas en tráfico y los fabricantes de autos o vehículos (en general) de motor.

Entonces te preguntarás cómo es que vive este tipo de personas en una era donde la velocidad en todos los aspectos es vital, es importante, pues estos personajes se lo toman con calma, conducen con calma, caminan con calma y viven despacio, de lo contrario es natural que sufran de episodios de pánico, alto estrés, miedo extremo, taquicardia y ahogamiento en situaciones que ellos interpretan riesgosas.

Se Nace o se Hace la tacofobia 

Los estudios han demostrado que la causa más común es el hecho de haber sufrido accidentes durante un paseo a alta velocidad en carro, moto, tren o algún juego mecánico, pero no nace literalmente ahí, puede que el temor ya existía pero posterior al episodio vivido dicha condición se transforma en una enfermedad mental grave que convierte al paciente en discapacitado. Otros simplemente nacen así y desarrollan a medida que crecen, el miedo por los caballos de fuerza.

El Tratamiento de la tacofobia

El tratamiento será como el de cualquier otro padecimiento psicológico, a base de terapia, calmantes y círculos de ayuda, procurando siempre evitar el estrés por una situación que deteriore la tranquilidad de su orden, llevando la vida a su ritmo y a su velocidad, con tranquilidad y paciencia. En resumen podemos decir que este tipo de personas nos rodean y mientras nosotros vamos a 100 por hora, ellos se deslizan tranquilos con el segundero, es importante conocer este tipo de condiciones para no hacer burla a nadie que manifieste miedo a la velocidad, y ni mencionar las consecuencias de correr sin control, recuerda, del apuro solo queda el cansancio.